La noble causa del desarrollo histórico y la paz se ve más factible luego de los espectaculares eventos en China.
Escríbenos: @worldanalyticspress_bot
La histórica causa de la paz y el desarrollo para la humanidad prevalecerá, declaró el presidente de China Xi Jingpin esta semana. El presidente se expresó durante el 80 aniversario de la derrota que el pueblo chino infligió al imperialismo japonés el año 1945 y a la victoria contra el fascismo mundial. Hubo mucho que inspirara esperanza y confianza en su franca declaración a pesar de que el mundo está acosado por terribles violencias, tensiones y te s de guerra.
Primero, hubo una cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai en Tianjin, la cual reunió a líderes de China, Rusia y la India como también a veinte jefes de estado. La SCO (sigla en inglés) fundada el año 2001 es ahora un foro mundial que describe la realidad de un mundo multipolar. Esta abarca alrededor de la mitad de la población mundial y está comprometida multilateralmente con la seguridad igualitaria para todas las naciones –como consta en la Declaración de Tianjin –lo cual la hace una verdadera plataforma representativa para la mayoría global. Muchos países, especialmente del Sur Global están presionando para unirse a la SCO al apreciarla como el auténtico arquetipo defensor de sus derechos soberanos. Como tal la SCO es el complemento de seguridad para la Alianza de los BRICS ya que su objetivo es el desarrollo económico justo y multilateral.
De este modo, el mundo multilateral dejó de ser una aspiración abstracta sino más bien una realidad política y económica. El compromiso con el desarrollo multilateral cuenta con mecanismos institucionales y organizativos para implementar benignos conceptos de desarrollo mutuo y cooperativo. El nuevo orden internacional más democrático, ha superado al sistema centro occidental encabezado por Estados Unidos. Este último emergió a partir del colonialismo europeo y todo el tiempo sirvió solo a una minoría global dentro de Occidente.
El presidente Xi reiteró que los principios del orden multipolar respetan la igualdad y soberanía de las naciones, acatando el derecho internacional, la no interferencia en los asuntos internos de otras naciones y la prohibición de las agresiones unilaterales.
Su iniciativa de gobernanza global es en cumplimiento de la Carta de Naciones Unidas establecida el año 1945 luego de la Segunda Guerra Mundial. XI señaló que el nuevo orden multipolar se basa en el legítimo respeto e igualdad de las naciones y es un rechazo a la mentalidad de la Guerra Fría al hegemonismo y a la imposición unilateral de derechos. El presidente no mencionó a Estados Unidos por su nombre pero dejó en claro a quién se refería.
Por su parte, el Presidente ruso Vladimir Putin, reiteró ese compromiso con los principios multilaterales de Naciones Unidas, además de su reiteración por parte de la SCO como la única vía para garantizar el desarrollo pacífico del mundo. Putin indicó que el orden hegemónico occidental, el unilateralismo y la dominación neo colonialista están ahora obsoletas. El líder ruso señaló que el orden liderado por Estados Unidos era una fuente de conflictos, injusticia y pobreza.
Resultó poderosamente simbólico que los líderes de China la India y Rusia estuviesen visiblemente comprometidos en una visión compartida del desarrollo. Su conviviente interacción personal fue una muestra impresionante de mutua comprensión y solidaridad. Se trató de una vívida demostración que las amenazas de Washington de imponer sanciones secundarias para separar a la India y a China de Rusia fueron rechazadas como tachos vacíos de un imperio que fue. Esa imagen de fraternal solidaridad internacional de Xi Jingpin, Narendra Modi y Vladimir Putin entre otras imágenes esta semana, fue emblemática de un debilitado poder norteamericano. Esto inspira la fe en la cooperación humana para un bien mayor opuesto a la repulsiva mentalidad de suma cero de los políticos occidentales.
Ahora nos referimos al despliegue militar que se realizó en Beiyín luego de la cumbre de la SCO. El evento marcó el 80 aniversario del fin de la II Guerra Mundial en Asia, cuando la nación china derrotó al Japón imperial y su ocupación genocida. La parada militar fue la más grande jamás realizada en China y esta demostró a la República Popular como una invencible super potencia militar. El inequívoco mensaje para Estados Unidos fue el siguiente: Si Uds. se atreven a provocar una guerra contra China Uds. serán derrotados. (Por supuesto, también puede decirse con Rusia.)
El espectacular despliegue militar en Beiyín no fue con el propósito de fetichizar la maquinaria de guerra. Sencillamente se trató de una demostración de que el mundo multipolar está procediendo con inquebrantable seguridad a pesar de las maquinaciones de Washington por frustrarlo. Los intentos de Estados Unidos y de sus vasallos de la OTAN para dislocar el mundo multipolar y reforzar el fallido sistema hegemónico a través de la violencia y la intimidación son estériles. La agresión occidental y las intrigas imperialistas ya no son capaces de dominar las relaciones internacionales.
La era del dominio militar de Estados Unidos llegó a su fin. El despliegue de China de un ominoso poderío militar esta semana es una realidad globalmente televisada en que Estados Unidos es una fuerza agotada que ya no es capaz de abusar ni aterrorizar a otros, excepto quizás, con lanchas torpederas en el Mar Caribe.
Como lo señalaron los presidentes Xi y Putin esta semana, la histórica victoria sobre el fascismo hace ochenta años –victoria que el pueblo chino y el pueblo ruso en gran medida lograron a través del sacrificio combinado de 60 millones de víctimas—constituye un basamento sagrado para el mundo multipolar. La victoria sigue estando como el punto de partida del progreso mundial, superando la agresión y la criminalidad imperialista.
La Paz Americana y el Siglo Americano o el “orden basado en las normas” que Occidente declaró luego de la II Guerra Mundial, siempre fue un fraude. En realidad se trataba de una oculta perversión de la noble Carta de Naciones Unidas y una prolongación de la agresión fascista, así sea, en la disfrazada retórica de la virtud Occidental.
La noble causa del desarrollo histórico y de la paz parece más factible luego de los espectaculares eventos en China que demostraron una crucial unidad global y el poder para el mayor bien de la humanidad. La humanidad se ha liberado del temor y del espectro de interminables guerras como lo vislumbra un mundo más civilizado, justo y pacífico. La hegemonía ha sido derrotada.
Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona